Why Learning English Is So Important (Spanish & English Versions)
Article Published in EXTRA (Chicago, IL)
— ENGLISH TRANSLATION FOLLOWS —
Cuando el Congreso reinicie sus sesiones después del Día del Trabajo, podemos anticipar que habrá un fuerte debate para conciliar las diferencias entre las propuestas de reformas a la ley de inmigración, entre Senadores y Representantes.
Para muchos, este tema se ha convertido en algo tan emocional y simbólico, que los propios beneficios prácticos de la ley –que son principalmente para los propios inmigrantes- han sido desplazados a un segundo plano. Esto es una pena, pues, al margen de cuál de los argumentos gane el debate, el Congresos tiene una verdadera oportunidad de concentrar atención en una temática mucho más urgente –la importancia de aprender inglés.
En lo que se refiere al éxito económico y bienestar del inmigrante, un amplio número de estudios han demostrado que el aprendizaje del inglés es la llave más importante para “poder lograr éxito” en los Estados Unidos. Ni el lugar donde vive, ni el nivel de estudios que tenga, o cuánto tiempo haya vivido en éste país, ningún factor contribuye tanto al avance de un inmigrante en la sociedad norteamericana como su dominio del inglés.
Planteado de forma muy simple para los nuevos residentes de nuestro país, si uno aprende inglés –y cuanto antes, mejor- estadísticamente tiene mucho más probabilidades de tener una vida más próspera.
Es más, los inmigrantes pueden mejorar sus ingresos por encima de un 20% si su habilidad de hablar en inglés sube de “no muy bien” a “muy bien”. Entretanto, mejorar la habilidad en el manejo del idioma inglés reduce dramáticamente la brecha salarial entre inmigrantes y americanos-nativos. Entre 16 y 18% en varones y entre 6 y 7% entre mujeres.
Una vez que los inmigrantes han vivido en los Estados Unidos por un numero de años significativo, los que hablan muy bien, ganan un 67% más de aquellos que lo hablan mal.
Entre las minorías de idioma, los jóvenes entre los 18 y 24 que hablan muy bien el inglés tienen casi tres veces mayores posibilidades de completar la secundaria, y muchísimas más probabilidades de asistir a la universidad.
De manera similar, las tasas de empleo e ingresos, son substancialmente mejores entre éstos jóvenes que tienen dominio del idioma y los que no lo tienen. Incluso en barrios étnicos –donde tanto la exposición al inglés y su aprendizaje frecuentemente son poco incentivados- la evidencia sugiere que los beneficios son igualmente fuertes.
El dominio del idioma afecta más allá de los salarios. El año 2003 una encuesta de la Oficina de Estadística Laboral de los Estados Unidos encontró que los accidentes mortales en el sitio de trabajo afectaron en un 13% más a los latinos que al trabajador promedio. Por otro lado, un estudio reciente sobre familias inmigrantes en Los Ángeles, demostró que cerca de la mitad de aquellas que estaban conducidas por una persona que no hablaba inglés, tuvieron problemas de inseguridad alimenticia.
Cien años atrás, los EEUU adoptaron un requisito para los nuevos inmigrantes, referente al idioma, decía, “a partir de ahora, ningún extranjero que no pueda hablar inglés, será naturalizado o admitido como ciudadano de los Estados Unidos.” El año 1950, el Congreso corrigió la ley estipulando que los nuevos ciudadanos deberían también leer y escribir el idioma.
Cuando el Congreso retorne de su receso, los legisladores considerarán si deberían fortalecer la ley una vez más, haciendo del inglés la ley oficial de la nación.
Ahora más que nunca antes, es esencial que nos esforcemos por asimilar a nuestros inmigrantes y a sus hijos a un Estados Unidos unificado, con dominio del ingles, conocimiento de nuestra herencia nacional y las herramientas que aseguren que puedan contribuir a nuestra comunidad.
Y con contundente preponderancia, la evidencia demuestra que la mejor forma en que los inmigrantes puedan lograr el sueño Americano, es aprendiendo inglés –sea éste la lengua oficial o no.
Don Soifer es Vicepresidente Ejecutivo del Lexington Institute, un instituto de investigación de políticas públicas con base cerca de Washington, DC.
Why Learning English is so Important
By Don Soifer
When Congress resumes after Labor Day, we can expect a heated debate as the House and Senate work out differences between their competing immigration reform bills. One of the more contentious issues is whether the law should enshrine English as the national language.
For many, the issue has become so emotional and symbolic that practical benefits – largely for immigrants themselves – have been pushed into the background. That’s a shame. Because regardless of which side prevails in this debate, Congress has a real opportunity to focus the nation’s attention on a far more pressing issue – the importance of learning English.
In terms of immigrant economic success and social well-being, a wide range of studies have shown that learning English is virtually the single most important key to “making it” in America. Regardless of where an immigrant lives, what level of schooling he attains, or how long he has lived in this country, no factor contributes more to his advancement in U.S. society than fluency in English.
Quite simply, for our nation’s newest residents, if you learn English – and the sooner the better – you’re statistically much more likely to have a more prosperous life.
In fact, immigrants can raise their earnings by well over 20 percent if their ability to speak English is raised from “not well” to “very well.” Meanwhile, improving English language skills dramatically narrows the wage gap between recent immigrants and native-born Americans – by 16-18 percent for males and 6-10 percent for females.
Once an immigrant has been in the U.S. for a significant number of years, those who speak English very well earn 67 percent more than those who speak English poorly.
Among language-minority 18- to 24-year-olds, those who speak English very well are nearly three times more likely to have completed high school than those who do not, and are far more likely to be enrolled in college.
Similarly, employment rates and income are substantially higher among these young adults than among their counterparts whose skills aren’t as strong. And even in ethnic neighborhoods – where exposure to both learning English and hearing about mainstream jobs is often hindered – evidence suggests that the benefits of English fluency are just as strong.
Furthermore, it’s not simply wages that are affected by English language skills. In 2003, a survey by the U.S. Bureau of Labor Statistics found that workplace fatalities were 13 percent higher for Latinos than for the average worker. And according to a recent study of immigrant families in Los Angeles and New York City, about half of families headed by adults who spoke no English experienced food insecurity.
One hundred years ago, the U.S. adopted an English language requirement for the nation’s newest immigrants when Congress passed a bill mandating that “no alien shall hereafter be naturalized or admitted as a citizen of the United States who can not speak the English language.” In 1950, Congress strengthened the law by stipulating that America’s newest citizens had to read and write the language as well.
When Congress returns from recess, lawmakers will consider whether they should strengthen the law once again by making English the nation’s official tongue.
It is as essential now as ever before that we strive to assimilate our immigrants and their children into a unified America – with command of English, knowledge of our national heritage, and the tools to ensure they can contribute within their community.
And the hefty preponderance of evidence has shown that the best way for immigrants to achieve the American dream is to learn English – regardless of whether it’s our official language or not.
Don Soifer is Executive Vice President of the Lexington Institute, a public-policy think tank based near Washington, DC.
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