Wouldn’t School Choice Help Where State Takeover of Schools Has Failed?
La Tribuna Hispana (New York Metropolitan Area)
(English Translation Follows)
El simple cambio de control de las escuelas públicas a un nivel más alto de gobierno no asegura mágicamente una educación de primera clase para los niños de las minorías.
Los legisladores de New Jersey ya sabían eso en 1988, cuando ellos aprobaron la legislación para convertir el “Estado Jardín”, en el primero en la nación en autorizar a su Departamento de Educación a que se haga cargo de sus distritos escolares locales con fallas crónicas
Pero la triste experiencia para las familias de Paterson, y para las de los otros tres distritos escolares controlados por el estado desde 1989, es que las cosas no mejoraron.
Las escuelas de Paterson pasaron al control del estado desde 1991. Más de una década después, los últimos datos referentes a aquellas escuelas muestran aún un fuerte patrón de bajo rendimiento en las materias básicas.
Los niños hispanos, quienes conforman el 55 por ciento de los matriculados en el distrito, están entre los más perjudicados por las fallas del sistema escolar del distrito. Más de la mitad de los estudiantes hispanos en muchas escuelas públicas de Paterson, no están logrando alcanzar el nivel de suficiencia en inglés y matemáticas, como se ha demostrado en las evaluaciones requeridas por el Acta federal No Child Left Behind (NCLB, por su sigla en inglés).
En todo el sistema, la proporción de calificaciones de matemáticas por debajo del nivel de suficiencia de los niños hispanos llega tan alto como al 89 por ciento en una de las escuelas primarias, y supera el 70 por ciento en varias otras.
Las calificaciones en inglés no son mucho mejores. En una docena de escuelas primarias, el fracaso está estimado de un rango superior al 50 por ciento para más de dos tercios. Aunque existen pequeños bolsones de éxito, el patrón general es de fracaso.
Los niveles de rendimiento de los niños afro americanos (37 por ciento de los estudiantes de Paterson) también están muy bajos. Por ejemplo, mientras el estándar del estado como parte del Acta No Child Left Behind consiste en que 68 por ciento de los estudiantes superen o igualen el nivel de suficiencia, solamente un poco más de un tercio de los niños negros alcanzó ese nivel.
Estos desastrosos resultados no son consecuencia de una escasez de presupuesto. El costo total de un alumno de escuela pública en Paterson supera los $12,600 – o más del 10% por encima del promedio estatal gastado por estudiante. Un número creciente de líderes comunitarios ha empezado a creer que ha llegado la hora de dar el poder a los padres en vez de a los burócratas del gobierno.
Uno de estos líderes es Martín Pérez, un prominente abogado y líder laboral de New Jersey, quien es presidente de la Alianza Latina de Liderazgo de New Jersey (Latino Leadership Alliance of New Jersey). Actualmente, la Alianza está organizándose para convertirse en una poderosa voz para mejores opciones.
“Desdichadamente, en las áreas urbanas estamos perdiendo un montón de dinero y no hemos logrado producir resultados efectivos en la educación de nuestros niños”, afirmó Pérez. “”Los padres de familia sienten que ya no tienen a dónde acudir. Ellos han perdido la fe en su sistema escolar. Nosotros tenemos que conferir el poder a los padres de familia y darles la oportunidad de la opción escolar para que ellos puedan garantizar un futuro para sus hijos.”
La opción escolar no es una bala de plata para asegurar la educación. Pero es una respuesta que ha sido mostrada para ayudar tanto a estudiantes que reciben cupones como a aquellos que quedan en las escuelas públicas que deben ahora competir para sus inscripciones.
Pérez es también miembro del directorio de una coalición llamada Excelente Educación para Todos (Excellent Education for Everyone) con base en Newark. Otras dos organizaciones nacionales de opción escolar, el Consejo Hispano para la Reforma y Opciones Educativas y la Alianza Negra para Opciones Educativas, han abierto sus filiales en New Jersey
En el caso de Paterson, existen 53 escuelas primarias privadas y parroquiales incluidas en una lista del Private School Review para los condados de Passaic y Paterson. En 22 de estas 53 escuelas, los hispanos conforman por lo menos un 40 por ciento de todos los inscritos.
Cupones similares a los de $7,500 provistos en Washington, DC, bajo la opción escolar financiada federalmente, permitirían que muchos estudiantes de Paterson asistan a escuelas privadas o parroquiales, donde los niveles de rendimiento son mucho más altos que en las escuelas que están siendo pasadas, de ida y vuelta, entre el control de los gobiernos estatal y local.
Si las familias recibieran cupones equivalentes a los montos actuales gastados en cada estudiante de Paterson, no sólo las escuelas privadas, sino varias otras de distritos escolares públicos cercanos pueden también encontrar formas de abrir puertas para las familias de Paterson.
Los beneficios que la opción escolar traería a estas familias, combinados con una creciente insatisfacción acerca de la calidad de las escuelas públicas, están empezando a generar la demanda de mejores opciones educativas. Por lo tanto, los líderes locales se están organizando para la opción.
Robert Holland es Becario Senior y Don Soifer es Vice Presidente Ejecutivo del Instituto Lexington en Arlington, VA. Ellos son co-autores de un estudio reciente que analiza cómo podría la opción escolar beneficiar a las familias de Paterson, disponible en Internet, en www.lexingtoninstitute.org.
Wouldn’t School Choice Help Where State Takeover of Schools Has Failed?
By Robert Holland and Don Soifer
Simply shifting control of public schools to a higher level of government doesn’t magically
ensure minority children a first-rate education.
New Jersey lawmakers knew that in 1988, when they approved legislation to make the Garden State the first in the nation to authorize its Department of Education to take over chronically failing local school districts.
But the sad experience for families in Paterson, and the three other school districts taken over by the state since 1989, is that things have not gotten better.
Paterson’s schools fell under the state’s control in 1991. More than a decade later, the latest data for those schools still show a pattern of gross underachievement in basic subjects.
Hispanic children, who are 55 percent of the district’s enrollment, are among those most harmed by the district’s systemic failures. Well over half of Hispanic students in many Paterson public schools are failing to reach proficiency in English and math, as shown by testing required by the federal No Child Left Behind Act (NCLB).
Systemwide, the proportion of Hispanic children scoring below proficiency in math goes as high as 89 percent at one elementary school, and exceeds 70 percent at several others.
English scores aren’t much better. At a dozen elementary schools, failure rates range upwards of 50 percent to more than two-thirds. While there are pockets of success, the overall pattern is one of failure.
Achievement levels of African-American children (37 percent of Paterson students) also lag. For example, while the state standard as part of the No Child Left Behind Act is for 68 percent of students to test at or above proficiency, only a little more than one-third of black children reached that mark.
The dismal results are not the result of . . . .
Find Archived Articles: